Realidades Cambiantes en la Frontera

Fuente: https://www.migrationpolicy.org/research/shifting-realities-us-mexico-border. Enero, 2024.

La migración en la frontera entre Estados Unidos y México se presenta de manera profundamente diferente hoy en día que en décadas anteriores, con un número récord de solicitantes de asilo y otros migrantes provenientes de una gama de países en rápido crecimiento. Estos cambios plantean desafíos complejos para el sistema de inmigración de Estados Unidos, tanto en la frontera como más allá.

La política fronteriza de Estados Unidos

Ha experimentado cambios significativos en los últimos años. En mayo de 2023, la administración Biden puso fin a las expulsiones del Título 42 relacionadas con la pandemia, al tiempo que introdujo una serie de políticas para disuadir los cruces no autorizados e incentivar a los migrantes a llegar a los puertos de entrada y utilizar vías de movilidad legales. Niveles significativamente altos de migración no planificada se han establecido como una nueva característica en toda la región del hemisferio occidental, reflejando un aumento en el desplazamiento impulsado por factores como la inestabilidad política, la violencia, la recuperación económica lenta después de la pandemia de COVID-19, violaciones a los derechos humanos, la pobreza y eventos climáticos.

En 2023, por primera vez, los migrantes de origen mexicano y centroamericano fueron superados en cantidad en la frontera entre Estados Unidos y México por aquellos provenientes de otras partes de las Américas y diferentes regiones del mundo. Muchas de estas personas viajan en grupos familiares, enfrentando rutas cada vez más peligrosas durante extensas distancias con el objetivo de llegar a Estados Unidos. En 2023, más de quinientas mil personas cruzaron la peligrosa selva conocida como el Tapón del Darién, ubicada entre Colombia y Panamá, y las proyecciones iniciales sugieren que la migración en 2024 podría alcanzar cifras similares.

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La cantidad y diversidad de llegadas de migrantes han sobrepasado las capacidades de la aplicación de la ley en la frontera de Estados Unidos, generando una carga abrumadora para un sistema de inmigración y aplicación de la ley que no estaba preparado para ello. A pesar de que la administración Biden ha impulsado políticas ambiciosas y amplias después del Título 42, con el objetivo de establecer un control fronterizo y una aplicación humanitaria, su éxito requiere recursos considerablemente ampliados. Se necesitan mejoras para superar las deficiencias en la capacidad gubernamental para decidir casos de asilo de manera justa y oportuna, procesar completamente casos de expulsión acelerada y proporcionar financiamiento a las organizaciones no gubernamentales cuyo trabajo con los migrantes es esencial en las comunidades fronterizas y ciudades de destino.

Aunque desde hace tiempo se necesitan cambios legislativos en el sistema de inmigración de Estados Unidos para avanzar plenamente en los amplios intereses nacionales, en la actualidad, el paso más significativo que el Congreso podría dar sería proporcionar los recursos necesarios para construir capacidad en órdenes de magnitud completamente nuevos en todo el sistema de aplicación de la ley en la frontera y en todo el hemisferio. Sin tales esfuerzos, la gestión de la migración en la frontera suroeste continuará siendo reactiva en lugar de constituir una estrategia coherente que identifique de manera proactiva patrones de migración y respuestas en toda la región, y aborde las necesidades de protección de los migrantes y los imperativos de control fronterizo.

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